martes, 21 de marzo de 2017

Uso de mantilla negra en Semana Santa

Aprovechando que en pocos días llegarán los días con más pasión de todo el año, he creído conveniente hacer una pequeña reseña sobre el uso de la mantilla en Semana Santa. La razón no es otra que toda mujer que desee vestirse de "Manola", lo haga como debe ser, dejando atrás disfraces imposibles. Año tras año hemos asistido a procesiones en las que los tercios de mantillas eran el auténtico carnaval de la procesión. 

El primer lugar, para Jueves Santo y Viernes Santo, la mantilla siempre ha de ser negra, y es lo que en este post nos concierne. 

Una mujer de mantilla jamás lleva la falda o vestido por encima de la rodilla. Por favor, para eso tenéis "el tardeo" del Alter Ego. Los tejidos deben ser sencillos, y por supuesto sin estampados, ni encajes, ni brocados, ni brillos del corte chino. Tampoco tirantes o vestidos desmangados. Jamás. Para vestir de mantilla la manga debe ser larga o medio brazo, pero jamás tirantes. Es ordinario y me da un relumbre en el estomago cuando veo eso... 

Los guantes están permitidos, pero no guantes de rejilla, porque vamos de procesión, no a hacer la primera comunión. Los guantes siempre de piel o antelina, por supuesto negros. Medias negras, pero nunca tupidas; y zapato negro. En cuanto a este último creo que cada mujer debe llevar el zapato que considere más cómodo (dejando a un lado sandalias, plataformas etc) en ese aspecto no hay normas. 
Escote: ¿si? ¿No? No, nunca, jamás. El escote para irte de copas. Yo siempre aconsejo un cuello a la caja o un escote barco. 

En cuanto al rosario, la mayoría lo suelen llevar en la mano, y es un grave error. El rosario únicamente se saca cuando se está dentro de un templo, pero soy muy consciente de que esto no va a cambiar (al menos en mi pueblo). Les gusta llevar el rosario en la mano, oye. 

En lo referente a joyas, creo que menos es más. No debemos olvidar que vamos de luto. Yo optaría por un broche en el vestido o solapa de la chaqueta y unos pendientes sencillos, sin gemas, ni brillantes ni coral. Por supuesto en ningún momento nos adornaremos la mantilla con flores. Jamás. 
La peluquería y maquillaje han de ser sencillos. Siempre el cabello debe ir recogido en un moño bajo, nada de dejar el pelo suelto o medio cogido. Jamás. Ni flequillos, ni flequillas. Cara despejada. El maquillaje, por Dios, lo más sencillo posible. Nada de que se nos vaya la mano con el colorete y vayamos súper ruborizadas, y mucho menos labios rojos o fucsias. Lo mejor es un gloss natural. Nada más. 

Por mi parte esto es todo. Espero serviros de ayuda y si tenéis alguna pregunta o necesitáis mi ayuda, no dudéis en escribirme un correo electrónico a garciacrespo86@gmail.com

P.d: a nadie se le obliga a salir de mantilla, y si se sale, creo que se deben acatar unas mínimas normas de decoro. 

viernes, 29 de julio de 2016

Y tú, ¿qué esperas de la amistad?

                                                     


Y tú, ¿qué esperas de la amistad? 

Si, os estoy preguntando a vosotros, los que estáis leyendo esto aquí y ahora. 
Una siempre ha presumido de gozar de muchas y creídas buenas amistades. A lo largo de mi vida, lo único que me ha llenado de verdad ha sido la compañía de esa gente a la que llamamos amigos. Ya sea en el pueblo, en la ciudad, o en la capital; siempre he sembrado amigos allá por donde he ido. Los sentía cerca en los buenos y en los malos momentos (todo hay que decirlo), nunca me ha faltado nadie para tomar un café y mis tardes siempre eran rodeada de ellos. Un placer. Las noches no iban a ser menos. Un escándalo. 

Cuando conocí a J.A se sorprendió de la gran cantidad de "amigos" que tenía, es más, cada tarde tenía una cita: que si café en Santo Domingo, que si vamos de shopping a Gran Vía, que si vente a mi casa a tomar algo... Él mismo me dijo: "te veo rica en amigos, ojalá que si algún día no estás aquí se sigan comportando como tal". En ese momento, pensé: "pues claro, he sabido elegir a los mejores". 

Conforme mi relación avanzaba con J.A los amigos seguían ahí. Creo (y que alguien me corrija si me equivoco) que jamás fui de esas que da de lado a los amigos cuando tiene pareja. Hace años, 3 ó 4, C me dijo que el día que yo tuviera pareja, daría de lado a mis amigos... Hola? Ahora recuerdo eso, y bueno, no es necesario dedicar más tiempo... Porque el tiempo siempre pone todo en su sitio.

Lo cierto es que cuando vinimos a vivir a Córdoba, por motivos que muchos sabéis, mi drama era doble, no sólo dejaba atrás mi trabajo, sino que también me alejaba (kilométricamente hablando) de mis amigos, venía convencidísima de que nada cambiaría, que todo seria igual.

Pues qué pena, porque no ha sido así. Por supuesto que están los mejores, que siguen ahí, y que veo que pasan los meses y los meses sin vernos y parece que no pasa el tiempo para nosotros. Ésto es algo que hablo mucho con M; que mantener una amistad es cosa de dos. Que si, que todos tenemos nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra familia, pero para contestar o hacer una llamada de teléfono tampoco creo que sea necesario un eclipse solar. Paren el mundo que bajo. 
Pues éstas cosas pasan, y lo he pasado muy mal, porque no entiendes el por qué de la cosas, que tu lo único que has hecho ha sido cambiar de ciudad, sin más; y que en era de las nuevas tecnologías no habría sido tan difícil... 


domingo, 22 de septiembre de 2013

Ábreme, estoy en tu puerta

Vista nocturna de la calle La Platería (Murcia)
Por fin, ya de vuelta en la ciudad, he inagurado la temporada de noches indies. Como no podía ser de otra manera, organicé todos los planes para el reencuentro con los míos. Siendo habitual en estos casos y con las ganas que tenía de murcianear, reservé mesa en una de las mejores taperías de Murcia. El cuerpo me pedía levantar el ánimo pues, llevaba dos semanas emocionalmente vacía y, tras un pequeño luto me dije: “que se muera el que no me quiera”. No tengo yo muy claro eso de que no me quiera pues, en esta dos semanas no hemos dejado de escribir y de predicarnos cuánto nos echamos de menos. Si me echas de menos, ven a verme, gilipollas; le dije esta misma semana.

Es que joder, ahora sí, ahora no, pues ahora nene, que te vayan dando. 
Cuando salimos de mi tapería favorita, impuse un poco mi ganas de ir al Bar Ocio, uno de mis locales favoritos del centro de Murcia. Maravilloso lugar para escuchar buena mísica, risas y vicio por doquier entre los sexos. 4 tercios de cerveza creo que bebí, o eso me iba diciendo uno de mis amigos, cada vez que yo llamaba al guapo del camarero y le decía “ponme otro, socio”. Mientras tanto, no dejaba de mover mi cabeza cual cobra, para ver si allí te encontraba. Miré y remiré, y eso que hasta me pareció ver a uno de tus colegas, pero ni rastro de ti. Se me hacía raruno estar en nuestro bar sin ti. Mi mente perversa comenzó a girar y a malpensar, hasta un amigo mío me preguntó;  -“acha, a quién buscas?” –“Yo????? A nadieee!!”. Me dio tal bajón que eché una bomba de humo. Ea, cogí mi bolso con mucha dignidad y en menos de 3 minutos me planté en mi casa.
Que si, que ya lo sé, que no merece la pena amargarse por un tío y, mucho menos por uno que no parece tener las cosas claras. Pero yo no voy a ser de esas que van de liberadas por la vida, que matan el luto quemando tacón y pintalabios. Yo prefiero vivir mi luto, mi pena y mis recuerdos. Yo sola, en mi casa, con mi móvil y si es con un Kinder Bueno, mucho mejor.
Así, llegué a casa, me dí una ducha, pijamica y un poco de cotilleo que había en la TV… confieso que antes de llegar a mi hogar pasé por el chino a por mi Kinder. Mientras España estaba en vilo por el polígrafo de la madre de la Campanario, yo visualiza a la señora y, mientras tanto la mente me llevaba  a situaciones pasadas súper bonicas: nuestro primer viaje juntos...

Acurrucada en el sofá y con los ojos cerrados suena el móvil. Un maldito whatshapp tuyo… “ábreme, estoy en tu puerta”

sábado, 22 de junio de 2013

El escalón amor

Fue el pasado miércoles al salir de trabajar, mientras caminaba rumbo a mi coche, hacia repaso de los cuarenta y pico Whatshapps que tenía. Centré mi atención en la conversación con mi amiga Inma y, no puede contenerme, le conté que había quedado contigo. Lo cierto es que llevábamos casi tres semanas sin vernos y confieso que tenía muchas ganas… al mismo tiempo que le contaba a Inma nuestros planes para el jueves, me cortó rápidamente y me dijo algo que tardé en digerir, tanto que dejé escribir. Me subí en el coche y puse rumbo a Murcia centro. “Cuidado con el escalón amor, es invisible”, me escribió.

Seguramente no te habrás parado a pensarlo pero, es ahora, en el mes de junio cuando hace un año que empezó nuestra locura.

Jamás olvidaré nuestra primera cerveza y cómo me la propusiste, “¿Tienes algo que hacer ahora? ¿Me dejas que te invite a una cerveza?”, ¡MADRE MÍA! ¡¡QUÉ HACE ESTE SÚPER HOMBRE FIJÁNDOSE EN MÍ!!, pensé y, mi cabeza me decía: Elena, dile que no! Sabes que no!. Y fue ahí, en ese bar al que volvimos hace poco, donde empezó el año Indie.

No te voy a negar que nunca puse muchas esperanzas en esto, mi plan era pasar un verano guay, que lo fue y, además, inolvidable.  Lo que nunca imaginé es que la vida me iba a sorprender con un nuevo capítulo contigo, en otoño y en mi querida Murcia.

Los bares murcianos fueron testigos de nuestro buen rollo, de las cervezas apalancados en una cutre barra o aquel día que apareciste por sorpresa en el bar donde sabes que siempre estoy, me encontraste entre mucha gente y tu cara decía tantas cosas… o también la de veces que hemos bailado esa canción de Supersubmarina que tu odias y yo adoro. Las tardes de frío bebiendo quintos en un sofá y si el frío era extremo “Elenita, ¿tomamos un té?”. Inolvidable también aquella tarde en tu casa y ese café soluble espantoso que me preparaste pero, a tu lado sabía súper rico.

O ese día que te dije que quería dejarlo, que ya no más pero, volvimos a buscarnos sin permiso, porque en palabras tuyas: “Necesito en mi vida ese aire fresco que me das, esa sonrisa que no la apartas nunca de tu cara, esa carcajada, esa locura que llevas dentro, Elenita”

¿Hemos subido “el escalón amor”? Yo, no ¿y tú?


Un besico

domingo, 16 de junio de 2013

El verano que me espera

Que sí, que estoy loca de feliz, no lo voy a negar, ¡vuelvo a vivir a Murcia!

De sobra es sabido por tod@s mi amor a la capital del zarangollo, sus calles, sus gentes, sus bares, sus terrazas, su ambiente, sus parques, sus tiendas, su olor, sus sonrisas, TODO. Lo que no es tan conocido es mi intolerancia al calor murciano y a esos sudores que te dan cuando atraviesas la Plaza Belluga, tú tó puesta, subida a unos tacones y maquillada. O ese sofoco que sientes nada más salir de la ducha. Por no hablar del bochorno nocturno, que no te deja conciliar el sueño. Yo soy una enamorada de Murcia pero, de octubre a mayo. De ahí no pases.

Casualidades de la vida, del destino (quién crea en él) o por un golpe de suerte, me tengo que trasladar a vivir a Murcia en breve. He de reconocer que la idea me causa inquietud y certeza ya que, se me hace raro un veranico en la ciudad pero, pienso positivo y auguro que este verano puede molar mucho. Si la vida me ha puesto esto así en mi camino, por algo será. Yo estoy expectante. Ya lo he dicho mil veces, no me cierro puertas.
                    
Lo que no llevo tan bien es lo que está haciendo la gente de mi alrededor. Mientras yo voy a estar todo el verano en la ciudad y, emigraré a la playica los fines de semana; mis amigas no paran de hacer planes chulis. Las muy perris están planeando un viajecito a Barcelona, con todo tipo de visitas culturales y gastronómicas. Yo me quedo en tierra. ¡Que sepáis que no me dais envidia!

Este verano también me quedo sin mi semana en el pueblo, en Jérez del Marquesado. Eso sí que me molaba. Una semana alejada del calor murciano, en el fresco de la sierra granaína; disfrutando de los manjares que prepara mi abuela tales como: rin-ran de bacacalo, choto al horno o guisado de patatas y sepia. Me escaparé algún fin de semana en agosto, eso fijo.

Llevo muy mal pensar que este estío voy a pisar poco La Manga y, en concreto la casa de la familia Corví, que es como mi casa. Prometo algún finde escaparme y desconectar con ellos, con las archeneras y con Anica, que será mamá muy pronto. Llevo fatal no disfrutar de mi Mini Basi en la playa. Voy a llorar.

Se me hace muy cuesta arriba escuchar a mi madre decir que se quiere ir una semana de vacaciones a Canarias. Sin mí, evidentemente. ¿Y yo qué? Mamá, tu disfruta de Portmán, paséate y pesca mucho en el barco, ya iremos a Canarias en el puente de los Santos. Veréis  como se van y me quedo en tierra.

Para terminar, no os olvidéis de que en Murcia tenéis una chica fabulosa, que recibe con los brazos abiertos cualquier visita o invitación a cerveza o vino. ¡Murcia en verano puede molar mucho!

Un besico apretaíco

viernes, 14 de junio de 2013

Inseguridades

¿Os ha pasado alguna vez que antes de tomar una decisión necesitáis consultarlo con alguien? Y cuando digo “alguien”, hablo de coger a 3 ó 4 amigas, cada una de su padre y de su madre y, ponerte a darles la murga con tus pasos. Vamos, que eso de consultarlo con la almohada, ni fu ni fa. Y, si se trata de cuestiones con el sexo opuesto, llamar a tu amigo de confianza y muy experimentado y que te de su veredicto, por supuesto.

¿Y lo rallada que te quedas cuando los consejos u opiniones de tus amigas no son lo que esperas? ¡Agárrate que vienen curvas! ahí ya si que entras en estado de paranoia mental transitoria. Y es que, qué manía tenemos de estar molestando a los que nos rodean con nuestras cosas. Yo lo paso fatal, ojo. No por el hecho de estar molestando a mis amigas, ¡que para eso están! Si no, porque mi falta de seguridad me ha hecho perder muchas cosas en el camino y, ahora que miro atrás pienso “qué tonta fuiste, hija”.

¿Y la frustración que sientes por no haber intentado algo? Eso es lo peor, lamentarte de algo que nunca sabrás qué hubiera pasado si hubiera ocurrido.

Peor aún, cruzarte con un analfabeto emocional o, como diría mi amigo David, un veleta sentimental; ahí ya si que no te arrimes ¡que muerdo! Será que la cosa se está poniendo muy moderna y yo no termino de adaptarme pero, no me cuadran las nuevas masculinidades. En estos casos mi amiga Carmen Oliveros diría “la nueva masculinidad es ser unos cagaos” y, qué razón lleva la cría. ¿Qué está pasando?

He aquí un ejemplo que ocurrió hace unas semanas: Una amiga le pidió a un chico si le apetecía ir a la Filmoteca y, éste le dijo que no. Al día siguiente, hablando yo con él le pregunté: -¿Por qué no fuiste a la Filmoteca?. -¿Pero es que iba en serio?- me responde. No lo maté collejas porque me pilló sentimental.

Mi amiga Begoña, que vive en Londres, me cuenta cada historia donde se confirman estas nuevas masculinidades. Con su nuevo “anglo-amor” tiene aventuras para una enciclopedia. Por lo visto el tipo es duro de pelar y a la Begoñita, que no la torea ni Morante, deció dejarlo vía Whatshapp (eso es muy feo, Bego. Esas cosicas a la cara). No tardó ni 3 minutos el payo en coger un autobús desde la otra punta de London City para ir corriendo a la vera de mi amiga. A ver, so animal, ¿no pasabas de ella?


Empiezo a pensar que los difíciles de descifrar y complicados son ellos. El hombre simple ha dado paso al de mente retorcida e inestable. 

miércoles, 12 de junio de 2013

Sin poemas

A partir de hoy
voy a amarte con silencios, 
provocando ausencias
e inventando distancias;
desde hoy voy a amarte sin poemas,
con muy pocas acciones
y  escasas palabras...
a partir de hoy voy a amarte así,
como tú me amas.










Este poema llegó a mi vida en el momento justo para formar parte de él...