viernes, 14 de junio de 2013

Inseguridades

¿Os ha pasado alguna vez que antes de tomar una decisión necesitáis consultarlo con alguien? Y cuando digo “alguien”, hablo de coger a 3 ó 4 amigas, cada una de su padre y de su madre y, ponerte a darles la murga con tus pasos. Vamos, que eso de consultarlo con la almohada, ni fu ni fa. Y, si se trata de cuestiones con el sexo opuesto, llamar a tu amigo de confianza y muy experimentado y que te de su veredicto, por supuesto.

¿Y lo rallada que te quedas cuando los consejos u opiniones de tus amigas no son lo que esperas? ¡Agárrate que vienen curvas! ahí ya si que entras en estado de paranoia mental transitoria. Y es que, qué manía tenemos de estar molestando a los que nos rodean con nuestras cosas. Yo lo paso fatal, ojo. No por el hecho de estar molestando a mis amigas, ¡que para eso están! Si no, porque mi falta de seguridad me ha hecho perder muchas cosas en el camino y, ahora que miro atrás pienso “qué tonta fuiste, hija”.

¿Y la frustración que sientes por no haber intentado algo? Eso es lo peor, lamentarte de algo que nunca sabrás qué hubiera pasado si hubiera ocurrido.

Peor aún, cruzarte con un analfabeto emocional o, como diría mi amigo David, un veleta sentimental; ahí ya si que no te arrimes ¡que muerdo! Será que la cosa se está poniendo muy moderna y yo no termino de adaptarme pero, no me cuadran las nuevas masculinidades. En estos casos mi amiga Carmen Oliveros diría “la nueva masculinidad es ser unos cagaos” y, qué razón lleva la cría. ¿Qué está pasando?

He aquí un ejemplo que ocurrió hace unas semanas: Una amiga le pidió a un chico si le apetecía ir a la Filmoteca y, éste le dijo que no. Al día siguiente, hablando yo con él le pregunté: -¿Por qué no fuiste a la Filmoteca?. -¿Pero es que iba en serio?- me responde. No lo maté collejas porque me pilló sentimental.

Mi amiga Begoña, que vive en Londres, me cuenta cada historia donde se confirman estas nuevas masculinidades. Con su nuevo “anglo-amor” tiene aventuras para una enciclopedia. Por lo visto el tipo es duro de pelar y a la Begoñita, que no la torea ni Morante, deció dejarlo vía Whatshapp (eso es muy feo, Bego. Esas cosicas a la cara). No tardó ni 3 minutos el payo en coger un autobús desde la otra punta de London City para ir corriendo a la vera de mi amiga. A ver, so animal, ¿no pasabas de ella?


Empiezo a pensar que los difíciles de descifrar y complicados son ellos. El hombre simple ha dado paso al de mente retorcida e inestable. 

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