Después de pasar el luto protocolario, vuelvo a la soltería. Y digo protocolario al mismo tiempo de necesario. Tres meses han bastado para volver a desear al universo masculino. Ya sé que tres meses es poco tiempo, pero es que mi último luto duró tres años y, creedme, fueron eternos.
Hace unos días me comentaba una amiga “entonces que, vuelves al mercado, no?”. Sí, vuelvo al mercado, pero no estoy de oferta! Que para nada es ir de sobrada por la vida, cero! Pero con el tiempo he aprendido a exigir unos mínimos… ¡Basta ya de futboleros tatuados, de adictos al trabajo y de hombres con novia!
Que una es más sencilla que todo eso. No me invites a cenar, invítame al cine y cómprame palomitas. No me regales un anillo, regálame unas entradas para el teatro. No me lleves al fútbol, llévame a los toros. Pétame de mensajes el whatshapp, el Facebook y el Twitter. No me lleves de copas, llévame de cervezas..
Y mírame, y dime lo bien que huelo, lo mona que estoy recién levantada (esto último lo deseo con ansia); y, lo más importante: tráeme el desayuno a la cama, es una marranada muy placentera..
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