No recuerdo exactamente
cuando fue la primera vez que lo que sentía por tí iba en serio. Recuerdo que
al principio era algo leve pero, conforme pasaban las semanas el bucle de
mariposas iba aumentando.
Quiero decirte que nunca me han
importando los obstáculos, básicamente porque no los hay, porque eres perfecto
y, porque sería una cobarde si no me tirara a la piscina. Además, veo que ni
imaginas lo que siento, vamos, que ni te hueles que me encantas y no veas lo
mal que lo paso y, te explicaré por qué: habrás notado que soy una tía muy
feliz y risueña pero, además, mi risa suena mejor cuando tú la escuchas. Me he
imaginado situaciones contigo y, te digo que no quiero que pienses que se me ha
ido la olla pero, las mujeres somos así, nos hacemos ilusiones y eso conlleva
imaginar situaciones. No te imaginas la de veces que he pensado que íbamos al
cine, o a Murcia (que a mí me encanta) a pasear y a cenar por el centro; que
tomamos una botella de vino solos, en silencio; una escapadita de dos días
(aunque sea a Totana), el destino no importa… y así con todo.
También tengo que decirte,
que creo que a tí te pasa lo mismo y, si no lo mismo, algo parecido. Que me
encanta como me miras, que me atraviesas con los ojos, que como dice Bebe “lo
que me importa es el instante en el que tu ojos se chocaron con los míos. Ni
mil doscientos ojos serían capaces de provocar en mí tanta brutalidad carnal”. ¡¡Imagínate!!
Yo no sé qué hacer. Mi
naturaleza no me ha hecho ser una tía lanzada. Soy más bien tímida y paraíca
(aunque no lo creas) y, lo paso fatal imaginando que si no me lanzo yo, aquí no
va a pasar ná de ná. De modo, que quiero decirte, que si te pasa lo mismo que a
mí o algo parecido, ponte en contacto conmigo. Elige la vía que quieras, pero
la más rápida!
me gusta elena muy bueno!!! esther mora
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