Fue la otra tarde, mientras
perdía mi tiempo como es habitual frente al ordenador, mirando y remirando por
Internet cuando, por casualidad, llegué a una Web donde se decía que era triste
ir sin compañía al cine.
El cabreo que cogí no fue
pequeño ya que, soy de las que por circunstancias de la vida voy casi siempre
sola. Los motivos: las pelis que quiero ver casi nadie quiere verlas. A veces,
decido ir sola sin contar con nadie, para que después del cine no vaya ligado
un McDonalds ya que, evidentemente, no lo necesito o; simplemente, no tener un
acompañante.
Y es que, además, estoy
convencida de que ir al cine sola es una costumbre admirable pues, no todo el
mundo tiene el valor de hacerlo. Confieso que yo nunca he sido así. Me he
resignado y, ante mi intermitencia en cuanto a parejas, un día di el paso y
dije: voy a ir sola al cine. Recuerdo que fue hace algunos años, cuando todavía
estudiaba en la Universidad. Mi
maestra en este arte fue mi amiga del alma, Consu, que una tarde en primero de
carrera no entró al examen de Historia Medieval y, la muy loca se metió en el cine
para que su madre no la pillara, qué disparate. Y me dijo que hasta ofrecía
golosinas a las personas que se sentaban a su lado. Qué valor.
Yo cuando voy sola, reconozco
que, la mayoría de las veces ya ni me compro palomitas aunque, siempre diré que
ir al cine sin palomitas es una experiencia confusa e incompleta. Ahora opto
por los gusanitos, que además de no dejarte la boca hinchada con tanta sal, mi
bolsillo también lo agradece. 4 euros unas palomitas, ¿Disculpa? ¿Son de maíz
peruano recién recolectado?
Tampoco me quejo ya que, mis
últimas experiencias cinéfilas acompañadas han sido con hombres encantadores,
grandes amigos, se entiende. Un compañero de la Universidad , un ex con
el que tengo una excelente relación o, un compañero del cole. Que si, que
diréis “vas sola porque quieres, guapa”, también es verdad pero, lo cierto es
que, a veces, para encontrarnos con nosotros mismos es necesaria una tarde de
soledad y placer a la vez y, un cine te da todas esas posibilidades.
Lo mejor es cuando alguien me
pregunta “¿Cuál sería tu cita perfecta con un chico?”, contesto entusiasmada
“¡un cine!”. Y es que ¿hay algo mejor que consumir un poco de cultura con el
tío que te mola y después tomar una caña comentando la peli? Creo que hay pocos
planes mejor que ese…
¿Y vosotros/as vais al cine
en soledad? ¿Os parece que un cine es la cita perfecta?
Un besico apretaíco!
Admiro tu valentía, y te lo digo así porque yo soy el típico que me preocupo más del que dirán, en este caso por ir solo, que de disfrutar de la peli. Y encima si un día me decidiera a hacerlo me metería en una sala a ver una peli aburrida para pasar desapercibido.
ResponderEliminarAsí que... lo dicho, disfruta de tus momentos de soledad y si te los quita alguien que siempre sean por un buen motivo!!
Guapo!! me ha encantado tu comentario!
ResponderEliminarTan importante es disfrutar de los momentos de soledad como los que se comparten con otras personas. Y tú, puedes disfrutar de ambos. Sí,puede que un día vayas sola al cine pero quizá, al día siguiente, 3 buenos amigos te acompañen a un McDonald
ResponderEliminarOHHH!! Irenica! ¿Recuerdas cuando fuimos a ver "La Piel que habito"? la que lié con el coche en el puerta del Carrefour!! jajajaajajajajajaaj
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