sábado, 1 de junio de 2013

Conversaciones con Carmentica

Carmentica, Curro y la Princesa Minera. En Badulake,
la conocida noche de "las fresas"
Hollywood ha hecho mucho daño difundiendo el mito de que las mujeres sólo queremos compromiso”. Esa fue la grandiosa explicación que me dio mi amiga Carmen cuando le hablé de una “espantada” que sufrí recientemente. Todo esto venía porque ambas estábamos (y estamos) convencidísimas que los hombres piensan que somos nosotras las que ansiamos el compromiso, las que estamos ansiosas por formalizar el “asunto”… algo que por cierto me repatea ya que, no es así. Y si así lo fuera, la mayoría de ellos huyen, desaparecen o, lo que es peor, se esconden. Carmentica en este sentido diría: “la nueva masculinidad es ser unos cagaos”, ¡APLAUSOS! 

Lo cierto es que mi amiga y yo nos pegamos unas charletas por Whatshapp de campeonato. Hablar con ella es conversar con la sabiduría, la amistad, la positividad; una inyección de buenrollismo en la vena del brazo, el toque sexy de todos sus consejos y, sobre todo, su ética. 

Desglosando en partes, diría que es sabia porque nunca se equivoca. En una de nuestras conversaciones me decía “la maldición de ir depilada siempre se cumple”, ¡qué razón lleva!. Creo que no hace falta que explique en qué consiste dicha condena que, imagino que todas hemos padecido alguna vez y, nos ha invadido la rabia, y nos hemos retorcido de ira preguntándonos “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”. Siempre te quedará el consuelo de que puedes ir a la playa y darle uso a esas 2 horas en la esteticien. 

Carmen es también una tía muy positiva, transmite confianza, seguridad y siempre te desvela el lado bueno de las situaciones por muy crudas que sean. Hace bien poquito le pregunté cómo le iba con su chico; me decía que más feliz no podía ser, que estaba con un chico detallista, maravilloso, muy bonico y, encima, buen amante. Me dijo: “hasta que la infelicidad nos separe”. No podía llevar más razón. Y yo me pregunto, ¿dónde se encargan los hombre así?. 

Hace unas semanas, comentaba con ella lo mal que estaba el mercado masculino, le decía que no encontraba al hombre que se adaptase a mis necesidades, que no es otra cosa que un rollo, sin compromiso pero, con ganas verme y de verlo yo a él;  porque ahora mismo huyo de “algo más”. Su respuesta me dejó en shock y fue tajante: “Elena, deja de buscar, que tú lo que te mereces es que te busquen

Gracias, Carmentica, por formar parte de vida. ¡Lo que La Merced ha unido, que no lo separe nadie!

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